Los tres filtros de Sócrates: una guía para la claridad y la atención plena en la comunicación

November 5, 2024

En un momento en que la información nos llega constantemente, es más importante que nunca prestar atención a lo que escuchamos y decimos. Sócrates, el gran filósofo griego, desarrolló un método sencillo pero eficaz para verificar la calidad de la información: los tres filtros.

Este método nos puede servir, no solo en nuestra vida diaria, sino también en los procesos de coaching y supervisión para comunicarnos de manera más consciente y clara, así como para la toma de decisiones.

El primer filtro: la verdad

Sócrates preguntó: «¿Es verdad lo que quieres decirme?»

Este filtro es un recordatorio de la importancia de distinguir los hechos de las opiniones. Tanto en el coaching como en la supervisión, es crucial centrarse en la verdad.

Como coach y supervisora, apoyo a mis clientes para que cuestionen sus propios pensamientos y convicciones. No todo lo que pensamos o escuchamos es un hecho. A menudo son las suposiciones las que nos limitan. El primer filtro ayuda a verificar estas suposiciones y a descubrir la verdad.

El segundo filtro: la bondad

Sócrates preguntó: «¿Es bueno lo que quieres decir?»

Esta pregunta nos recuerda que la comunicación no solo debe ser precisa sino también útil y bien intencionada. Las críticas y los consejos pueden ser de gran utilidad, pero lo que marca la diferencia es el tono.

Durante el proceso de coaching, ofrezco un espacio protegido en el que mis clientes pueden expresarse honestamente sin juzgar. Al mismo tiempo, me aseguro de que la comunicación siga siendo constructiva. Ser amables no significa ignorar los problemas, sino abordarlos de una forma respetuosa y solidaria.

El tercer filtro: la necesidad

Sócrates preguntó: «¿Es necesario decir eso?»

Una pregunta importante en un momento en que mucha información suele ser superflua o estresante. La comunicación debe ser específica y útil, especialmente en contextos profesionales como el coaching y la supervisión.

A veces, la diferencia entre conversaciones productivas y estancadas es si los temas planteados son realmente relevantes. En las reuniones, ayudo a mis clientes a centrarse en lo esencial. La cuestión de la necesidad ayuda a crear claridad y a centrarse en lo que realmente importa.

¿Alguna vez has pensado en la frecuencia con la que cuestionas la información que escuchas o compartes? ¿Qué pasaría si integraras conscientemente los tres filtros de Sócrates en tu vida diaria, ya sea en el trabajo, en las conversaciones con amigos o en tu vida privada? Pruébalo y comprueba cómo está cambiando tu comunicación.